lunes, febrero 22

Hola pulpito

Hay un pulpito en la bañera que se cruza de tentáculos cuando me ve pasar

a nadie molesta con su presencia, ni llora, ni muge, por qué lo habría de echar?

Toma el agüita que por ahí queda,
su alimento se lo inventa,
siempre anda de buen genio
y su talante da para envidiar.

A veces le cuento mis ideas y él me aconseja,
qué más puedo pedir
Si hasta gracioso en su entrecejo te contesta
que si no fuera su alegría la bañera,
fuera por fuera,
que no fuera que se fuera,
adónde fuera que se fuera a ir.

lunes, febrero 1

Más palabras

Los caminos se entrecruzan al atardecer
con los últimos estertores de la hora diecinueve.
cobijarán ansias,
arrullos con muecas,
con  muequitas,
y tuercas de abrigo forzado
en un verano azuzado,
luego desechado
para al final recuperar el aliento.

Las acacias al costado resoplan
son movidas por el sol en su penuria máxima
al cerrarse sobre sí mismas
despliegue fantástico
de hojas que aserran el aire
húmedas de rocío
aferradas a la ilusión del nuevo día
que se va.

Las piedras, las piedritas, el polvo
todo es tierra y orgullo de sequedad
como garganta enrojecida por llorar sin lágrimas
a pausa de buen entendedor
y tirarse panza arriba
hasta el remiendo del saco mira al cielo a punto de estrellarse
contra el suelo.

Allí será de nuevo piedra
piedritas y polvo.
Todo es seco.
La tierra es orgullo,
y las gargantas gritan sin pausa.
No hay más por qué llorar.
El suelo remedia las plantas cayadas.

Allí será todo acacia
morada y celeste, a punto de abrirse al nuevo día.

Cuando den las veinte, la luz cobrará formas difíciles de resolver.
Los caminos volverán a ser caminos,
Las sombras esconderán su valor.
Todo volverá a ser muecas y muequitas

A veces las palabras están de más.