lunes, mayo 27

La borra

Servilletas en tu nombre
se trazan]
con varias voces de baruyo;
en el arruyo de compadres amuchados
en un café]
¿Qué serán de aquellas noches
en que tarde llegó el Madrugón?]
rogando formas sensibleras
de taco alto y faldón
a lo lejos se mira triste en un reflejo
atontado por la noche cayendo trágica;
y se hace adiós]
Pueda o no una mañana
hacer de la suya un dos]
lo que raspa no le engaña,
ya en su vientre se desgranan
excusas prontas
acompañanan]
y sólo resta pensar en soledad.
Noche entera sin complacencia
apareció como cantando su destino]
algo impaciente,
en aquel café.
En escenario de deseo ajeno
sobrevuela la idea de pasar
al más allá del bien]
Le pica cerca del cielo,
arrasa las veces que hace creer]
en todo lo posible, de acompañar su suerte
con un retazo de querer.]
Aunque busque lograrlo
no podría más que esperar a que la noche
se haga trapo y la nombre;
y que la lumbre haga rostro su pasión.
[El encuentro sincero de otros dos]
De tan sencilla la treta apuró trago tras trago
[Lo sublime de un momento]
La boca transformada en pecado
y el rezo de su prisa en fulgor]
Sea así como vuelva a su barrio
Recordando alegrías, penas
y un viejo amor.
Sea que vuelva temprano
en penas y pudor
de fantasías por profesión]
se asemejan sus noches a los bordes de una historia sin puerto
deteniendo cuerpos decididos a ser cuerpos
nada más que cuerpos]
¿Qué será de aquellas noches
en que tarde llegó el Madrugón?]
Hasta despertando su ternura
convertida en muecas]
despabila el sabor de acodarse
con la cara soportada entre sus manos
en el café del Madrugón]
las sillas ya vacías; los mozos de espaldas
la sonrisa de fe entusiasta
promete las caricias que le negó alguna vez]
pasó hará unos años
repitiéndose en el jolgorio de otros
cuántos acodados imaginando estar del otro lado
de la mesa,

de su vida]

jueves, mayo 23

de escribir

chisporroteate algo 
ahora
no ves?
si hasta lo hicimos un verbo

que fue entusiasmarse sin eufemismos
que fue lanzar sobre el papel
que como las primeras 
que no hay ninguna como aquellas
que la hoja en blanco es desesperante
que los taladros y las ansiedades
que no me apuren que ya sale
que nada de eso!
que no hay mas que seguir en juego
que es un gran trabajo

chisporroteate algo
ahora
sabés?

se trata de sentarse, a escribir
simplemente sentarse, a escribir

martes, mayo 14

De noche no..


No hay como enamorarse para saber efectivamente las consecuencias que esto puede llegar a tener. Te enamoraste cuantas veces fue necesario, y más también, pero así y todo no alcanzó para asegurar que con esto no se jode. Entre copas que la niebla y el humo disfrazaron de rosas tan verdes como tropel de cotorras, y la esperanza de compartir aunque más no sea la comedia de una noche amena, te viste intentando convencerte que era el amor de tu vida y que por unos billetes la ibas a tener. Tuya, para siempre. Enamorada fugaz de la última vela. ¡Tanto enamoraste!. Bailaba sensual tras las telas. Viste que hablaba de cerca sin pretender entender ni un mínimo traspié de esa perorata; y mucho menos pensar en otra cosa más que en saltar a lo eterno del momento que fuiste a buscar.
Así te vieron, acodado sobre el mostrador esperando la señal cuando de pronto la luz del lugar te impulsó a conquistar la atención de esta figura de ensueño que ansiaba tu llegada, aunque titubeabas más que payaso en circo nuevo, pero te lanzaste sin más. La primera sonrisa es la que cuenta, y la que cuentan que dibujó el rubor arrugado de una sonrisa. Vos no, vos no sonreías. Te lo digo porque te vieron en pleno celo componiendo vaya a saber qué danza extraña, y sólo querías la refrescada del instante. Pero no. Te enamoraste y ya no te importó otra cosa. La primera aceptaste casi hasta dudando te diría, y ahí todavía estabas a tiempo de olvidar. Pero no. Ya de entrada tenías bastante presente que de tocar las luces, la piel inexperta y sensible iba a chamuscarse toda. No hiciste caso a tu sentido común, aquél que tanto detestás por sofrenar todos tus impulsos y volviste caer. Eso sí, acá tenés las consecuencias.
Seguramente era la primera vez que buscabas algo así, andá a saber. Después de unas cuantas decepciones, o algo parecido, cualquier cosa no te conformaría. Y cualquier cosa no te conformó. Contaste que trabajabas en algún lado, que eras desprejuiciado y que no tenías muchos tapujos, pero en el fondo de la superficie se veía la mentira asomando y sus patas cortas. Te vieron, y fue la última. Si la memoria no falla tu promesa más rotunda y sentida había sido no hace mucho; que de esto nada más querías saber, nunca. Lo dijiste al pasar, lo gritaste a los vientos, lo arrojaste por la ventanilla de un tren. A nadie le importó, si total, ibas a volver a buscarla por esa segunda vuelta tan obvia, tan inmanejable, tan peligrosa. La tercera, la cuarta y la certeza de las últimas fichas. Auto, casa, viajes y te la hizo bien perejil. Te vieron desaparecer sin dejar ni la vergüenza. Sólo dejaste la promesa de volver.

miércoles, mayo 1

transmisiones

transmisiones. Se ponen en marcha aún cuando se sabe que no estaban planeadas..
..tan así que no sabría qué le quisiera transmitir.
Tampoco sabía que quería hacerlo. Y no lo supo,
salvo hasta después.
Siquiera haber pensado alguna vez en comentarle algo de aquéllo,
ya necesitaría saberlo
un día cualquiera,
como el de ayer.
Y no
Y sí
Pero no estaba preparada, y ¡mirá qué sabido lo tenía!
Y sí
no no.
Ya el hecho de pensarlo alguna vez alcanzó para, 
oportunamente, 
haberlo traspasado como una verdad de verdad,
como una fresca verdad,
como verde verdad,
imprevista,
de verdad.
Es el momento de transmitir algo,
lo que sea que es.
Ahí, sólo ahí es que se pone en acto la transmisión.
Si no, no.
Cuando es momento, se toma su tiempo.
Vamos, que el mismo no es más que su propia sucesión.
Hasta diría ininterrumpida, pero sería darle demasiada holgura.
De tiempo en tiempo, con un pequeño descanso.
¿Dónde aparece algún efecto de esto?
Es como una magia.
Mago, sin ilusión, sin artilugio
hace de sus anillas metálicas lo que le viene en gracia.
Pero nos enteramos después, nada más por el asombro que causa,
ni nada menos.
Sólo por su efecto,
algo de eso,
entre anillo y anillo,
algo de eso se transmitió.