domingo, octubre 30

rivoluzione

Hay una palabra o dos
por cada día
irreprochables entre sí
algo mezquinas

Los puentes y los espejos llaman mi atención
o cruzo y me reflejo, o me reflejo y cruzo
Es la esperanza del horizonte
esta revolución entre los dientes
chillona la bien guarra
bellísima

viernes, octubre 28

otra vez al río

En el río me miraban hablando entre ellos, y reían cuando los vi. Sin quererlo fueron acercándose donde estaba sentado, sostenido en el puente que mis rodillas permitía, y leyendo, así como me gusta y suelo hacerlo. Completamente concentrado, o quizá no tanto... ella me hace acordar a un rostro de otra parte de mi historia. Uno de esos recuerdos que sólo cuadran como en el amor de una vida. Era preciosa, hay que admitirlo. Se le dibujaban en la cara diez años menos de los que me acordaba, o un poco más. Pero la veo y el parecido es sorprendente. Por suerte disimulo que sigo en mi lectura muy concentrado, aunque desarmado, otra vez, quedé.

miércoles, octubre 26

¿nosotros vivimos en un mundo paralelo?
¿o vivimos en un mundo para lelos?
somos mundos de una vida lela
y de una vidalita

domingo, octubre 23

el del domingo

― “¡Estupendo pase en profundidad cortando el ancho de la cancha! Pero aparece como un rayo Saldistúa anticipando al defensor. Bombazo de 135 metros al ras del piso que no se anima nadie a detener...¡¿pero qué pasa muchachos!? ¿A qué estamos jugando? Sigue el partido y el esférico circula por el campo como monja sin sudario. Relené arremete como tolva por entre los dientes de Garlipez y ¡es fau!. Tiro libre…Para mayor refrigeración, Tir de Bardahl, cuí-da-el-mo-tor.. Veinticinco minutos de la primera etapa y el partido sigue cero a cero. ¿Qué me dice López de lo que vio hasta ahora?

― Verrdaderamente, señor Urlismende, el partido ha atravesado una serie de situaciones insospechadamente inverosímiles que no lograron generar mucho más peligro y situaciones del que generaron. Tomando en cue..

― Muchas gracias López, ha sido clarísimo su comentario. Prosigue el encuentro y seguimos como cuando empezamos, y como antes también. Quince minutos del primer tiempo transcurridos y es un momento especial para entrarle a un Alfajor La Nirva, rellenito de Sabor. ¡Penal! ¿Usted vio lo mismo qué yo López?

― Si.

― Clara infracción cometida por el defensor que más que marcando lo estaba invitando a bailar. Momento decisivo del partido. Los plateístas embravecidos por la mala decisión del árbitro le arrojan improperios a mansalva sin importarles la veracidad de los mismos. Está muy claro que esto está arreglado. Se detiene el partido por unos instantes y el referí se acerca al alambrado de la parcialidad local, les guiña un ojo y todos festejan. Veamos la repetición López, pero para mí eso no fue falta, es un simulador. ¡Es un simulador!

― No queda claro en la riplei si..

― ¡Bien cobrado! Esto sigue cero a cero y sin emociones, gran momento para refrescarse con una Coca-Loca. Es sentir de verdad. Treinta minutos de juego y los goles que ya van a venir. Esto me huele a goleada López.

― Hace 47 años que Remilde no convierte de cabeza y

― Callesé López que no me deja escuchar lo que dice el relator. Veinticinco minutos restan por jugar y el partido se sumerge en la magia de la gambeta de Belenessi, gran amago hacia la izquierda dejando acostado al estóper, encara al arco ahí está, cruza mitad de cancha y buen quite de Turrién sin despeinarse...esto sigue cero a cero...¡Partidazo estamos viendo!”

miércoles, octubre 19

un relato, un olvido, una puerta

El incesante rugir de las ambulancias enfurecidas que sobrevuelan la avenida mientras todo calla y grita al mismo tiempo, como en una kermese de edificios oxidados, en búsqueda de algún esplendor perdido allá por los treinta y pico. No existíamos ni vos ni yo, ni muchos de los que conocemos; pero aunque no parezca, la ciudad tiene sus ojos y sus pulmoncitos tapados que ya solo se esconden susurrando un devenir.

Esos ojos nos cuentan.

Como contaron de aquel momento en el que Raúl plantó en seco a como veinte años de laburo anegreado y se fue a buscar ese dulce de leche que tanto le gustaba. Nadie ha sabido más de él. Siempre hay algunos que -dicen haberlo visto-, pero así como hay tantos otros que aseguran haberse sentado a masticar un buen pedazo de asado con cuero, al costadito de la ruta, con un sifón inconfundible y doce mil moscas revoloteandole el jopo.

lunes, octubre 17


—Me encanta que te encante.
—Me encanta que me encantes.
—¿Te encanta que me encantes?
—Me hiciste reir con hoyuelitos
—A mí, no.

(¡eso es gustarse!)

viernes, octubre 14

Sabés que el otro día venía pensando
por la calle
acerca de algo que escuché
Una pregunta,
de esas inabarcables
de farándula y café
"¿vos sos feliz?"
Y me preguntaba riendo
¿yo?
yo que mierda se
la verdad tampoco me lo pregunto
y ni me interesaría preguntármelo
y me daba raro pensar que todo el mundo
generalmente
se pesa lo feliz en momentos
Y aunque no diga novedad
es un impedimento enorme pensado así
porque no deja nunca de decir condiciones
condicionarte constantemente
a buscar -ese- momento feliz
y después no hay
y no loco...
Es más como uno lo toma
sino por qué se dice: "hizo un comentario feliz"
pa´poner un ejemplo
¿el comentario es feliz?
¿el que lo dice es feliz?
¿el que comenta lo que otro comentó?

¡Si la felicidad hablara!
(Dejaría a más de uno con la boca abierta)

Imaginate un personaje
Feliza ella
O Felicidad. Bien crudo.

Y personificala en el conjunto de las personas más felices que conozcas... Siempre tomando en cuenta la humanización de la felicidad...

¿Cómo sería?
¿Sería humana?
¿Sería una gran psicosis?
¿O sería una quesería?
Yo que se.

Por suerte llegué al final de las diez cuadras del recorrido y entré al edificio. Felizmente me dí cuenta de que me había olvidado la birome.



martes, octubre 11

estrategia

Todo lo que queda en el plano del hacer siempre está por. No fue fácil convencerla de la incomodidad que le profería su tapado verde petróleo. Tampoco se hizo difícil rechazar la oferta del sillón y, sobre capitoné, ensillarse un copón de vino que horrorizaría a un beduino. Yo más cauto, pero el vino es rico. Nos convocaba la lectura de unas letras perdidas que recordaban otros besos, y entre ellos una foto. Recién nos conocíamos cuando sin quererlo nos conocimos por demás. El sillón fue siempre su debilidad, y como tal, el secreto de mi arma certera. Había funcionado aquella vez y hoy no podía fallar. Tan sólo una táctica, básica pero efectiva. En el plano de la estrategia me desplazaba, aguardaba paciente el contragolpe. Aunque su tiempo no era el mío, los dos sabíamos hasta dónde. En esos momentos, dos o tres por noche sólo algunos contingentes, se genera la incertidumbre propia del encuentro. Quedar más allá, la panacea del creador, la caída imprevista, el remonte sobre la hora, la deforestación y la risa. Todo en una muestra cálida de un constante bamboleo de la palabra y sus insinuaciones. Él te quiere llevar al catre, es así. Ella te la va a hacer dura… literalmente. Y en esa dinámica se manejan. Hasta que uno trastabilla y deja caer algo más. La escena se arma, segundos afuera un nuevo round comienza y se dispone todo al nocaut.

viernes, octubre 7

Dijo ella sacándose la bufanda que habría de haberme cargado con bueyes para sacarme de esa modorra azul que carcomía el andamio de mi no lucidez, en días nublados. Dijo ella ayer y todo retumbó mañoso. Se aleja. Lo hace para aliviarme, intuyo. Y a veces intuyo bien; cuando se asoma por entre las sábanas cauta, misteriosa.

martes, octubre 4

Un rincón de la ciudad donde las hojas caen y rebotan antes de perecer, recuerdan otro tiempo ya caduco, de otoño. Barrio de malevos aquél, que todavía levanta tierra al andar, en nada se parece al que esta historia vio.

Allá, en la otra punta donde todo es verano luego de florecer, pasa ella sus días más cerca del río, despertando en burbujitas varios amoríos que se pierden.

Hace unos años hubo un amor que floreció en invierno por los barrios del bajo Buenos Aires. Cansada Campanula de pelandrunes sin entusiasmo, salió a buscar, una tarde que le recordaba a sí misma, a sí misma. Tenía su cita en aquella galería de Florida y Corrientes, aunque ella lo ignorara. En Rivadavia al 400 salió de su casa. Un bonito edificio tipo chorizo que, según se cree, hoy ya no está.

Laureano allá por Liniers, un par de escritos y fotografías fueron su mañana. Ni se imaginaba el resto de su tarde cuál sería.

Cuentan también que al cruzarse en la galería los descubrieron, pero hasta cuando los encontraron, quizá, ya se habían enamorado.