miércoles, enero 30

ganas

ganas de hablarte

ganas de mirarte y ver bien al fondo de tus ojos un mar de recuerdos dulces

ganas de saberte

ganas de que me escribas para algo más

ganas de tu boca que escapa saltando
para irse
lejos

ganas de pensarte escuchándome conquistar tu sin razón
nuevamente

...ganas de que sepas
                   todo esto 
               que te pierdes...

lunes, enero 28

y qué hay de ellos

¿Lo tienen al Marito no? Entre tanta parla amiga y acaudalado divagar sabía cómo dejar una marca de esas que acompaña corazones durante toda una vida.
Para qué ir a describirlo que cómo era que cómo es, que qué comes que adivinas y la mar en choque. Marito hablaba por si sólo con sus actos, decía haciendo y no se repetía más que para volver a empezar, devolviendo en tu atención la seguridad de una enseñanza sensata con la cabeza fría, el cuore hirviendo y los pies descalzos.
Su naturaleza era cantar acompañando a la luna de Atahualpa y con el sol caminando a su lado pensaba tempranero en ellos, acobardados y comprendiéndolo todo.

y qué hay de ellos?
de los que doblan
en la esquina inventada
al costado de una autopista.

y qué hay de mi?
mirando por la ventana
la mañana gris
de aires que vuelan hacia el sur.

y qué es lo que queremos?
primero entendemos
segundo entendemos
tercero entendemos.

Y después de entenderlo
empezamos a intentarlo.

La vida es algo hermoso
culpable de cursilerías
la vida es algo hermoso
por todo eso que nos sangra.

El mayor miedo es desperdiciar
tiempos del sin retorno
las nubes de la mañana
y los mates de las tardes.

El mayor miedo es creer
en el camino más fácil
en el camino marcado.

No soy quién
Aquel que levanta el índice
Oiganme,
esa no es buena vida.

El fin y los medios
Los miedos y el fin
El cómo, la belleza
La belleza en el cómo,
lo hermoso de lo que desconocemos
lo sutil de un tiro de esquina
bien ejecutado.

viernes, enero 25

creer y reventar

puede que no 
que no sepa
que no sepa muy bien
puede que no sepa muy bien si es que hay
o no

una virgen desatanudos 

y puede que no la haiga o, 
que bien me sorprenda 
esta noche 
aflojandome los cordones 
estirándome las medias y,
rascando mis pies. 

sucede que hay tanto
que sí
como tanto
que no
todo al mismo instante

que renovaría enterita toda mi fe
en un segundo
si pudiera abrazar tal figura
si fueses vos en vez de ella
la que me acompaña en mis noches.
noches largas y pegajosas
en enero
de pupila que busca brisa
en madrugón 
busca
su cause entre sollozos

repentinamente algo

se movió. 


repentinamente mi siempre fuerte alarde
hacia los cambios de piel
me dió un esquinazo 

los puntos sobre las íes 

la certeza de haber olvidado
una vez mas
que siempre es así

que por cada pregón
que se cante
habrá un momento de distracción 

y que justo en ese momento
será momento
y que en ese justo momento
será momento

porque viene siendo momento
de ser momento
de ese momento
de movimiento

que siempre es así
coraje pibe, coraje 

de creer y reventar 

de eso se trata 



viernes, enero 18

cri

son formas rupestres,
cencerros que al viento gritonean el tilintilín de unas flores de madera.
Por el suelo van quedando; antes por el aire brillan,
en la gala nocturna de un grillo y de una cigarra,
que conversan, se acercan.
Doblan las burbujas sin pedir permiso
a la hora de empezada la velada
pero medio que se hacen las zonzas.

Mientras tanto la cigarra y el grillo hacen de las suyas
brillando entusiasmados,
como las flores
como las burbujas.

Ella sólo mira
y no es de la cigarra de quien hablo.
Ella mira las estrellas desvelada
las ve de cerca, aunque las mire a través de su ventana
no muy triste,
pensando.
Ella es la grilla
y sola está,
fumando

lunes, enero 14

No, tibio no


Che, vos: vos, sí, que escuchás por ahí el rumor de que algo más allá te convoca a convidar el tesoro que encontraste escondido en las profundidades de una cueva perdida en el medio del Mediterráneo; o también ustedes, que desde que crecieron pidieron a casi todo el mundo permiso. Vos, por qué no te vas en tu tranquilidad a pregonar como un testigo de esos que joden sin más tocando timbre y despertando al can. Vos, por qué no tomás la vía del cencerro de oro doblado ya por el sol y enfriado por su humor desinteresado. Por qué, ¿por qué no te vas? Yo sé por qué. Porque a cada momento un susurro entre las vecinas del barrio te convoca; porque también en cada rincón en donde se necesita de tu atención te dejan entrar y hasta se levantan el sombrero a tu paso. Porque les conviene. Porque, entre nosotros, no sé si te toleran tanto como te hacen creer. A vos te digo, que te esperé todo el año para que vengas en contadas gotas de verano, a vos te digo, calor, no te dejes arrasar por los comentarios de inviernalistas encubiertos en palita, balde y bronceador, y que en invierno envuelto en ínfulas polares dicen sin siquiera sonreir, ¡qué frío! Y te llaman perjurándote su amor incondicional; son ellos los que vivirían a medias tintas entre dieciocho y veintiún grados todo el año. “No soy un tibio en esta historia”, dijo el poeta,
no habría por qué serlo. 
Calor, más calor.

jueves, enero 10

caprichos

Seré intrépido y nada sigiloso
ahora, que no puedo más que escribir poesía
- otra vez señorita rondando por estos pagos..!
nada mas feliz que volarme la cabeza así.
Porque no te encuentro la forma
y no me das respiro
siempre eterna, siempre posible
siempre asediando tus raras curvas
siempre calando mis flacos huesos.  
Te haré placer te haré alimento
te haré mía por un instante
ya que sos de todos y de ninguno a la vez .
Me harás creer que te poseo
aunque jamás pasearemos de la mano
jamás al cine, al parque, a tomar un helado

será solo lo candente de tu espacio 

Ahora poesía te digo ahora, mientras tiro de tu blusa azul
ahora tan caliente
que si chorreas así mi esperanza de jugo nuevo
de calamitoso deseo, de aquel amanecer prematuro y pegajoso

te pido
rías desaforada
Sólo eso te pido
y no te guardes nunca nada

martes, enero 8

Próxima estación


Después de cabecear unos minutos, pocos pero necesarios, la luz gastada del cartel violeta gastado por los días de oficinas y secundarios me despierta de un sobresalto echándome a patadas de la última formación, del último vagón, del último eslabón, de la última siesta. En diez estaciones, tres entrecruces de miradas auguraron los más lindos amores, eternos y fantásticos, mientras el viaje duró, claro. Todo para terminar cruzando contento y a lo ancho el parque que espera apacible la salida de cada personita minúscula a través de esa bocota enorme que se abre desde el fondo del asfalto. Emilio Mitre reza su nombre, al igual que ayer, igual que siempre. Raras veces me quedé más de lo necesario a la espera de un próximo tintinear del cartel ya más gastado que antes. Y si no es habitual que me detenga viendo el tren que se fue, solo, es porque nunca pasa lo que hoy sí. Justo abajo del cartel encontré a Antonio, linyera por vocación, vagabundo por convicción. Hablando pausado como hombre de montaña me contó en tres minutos largos parte de su vida y devoción por la literatura.

Venido desde España allá por las épocas en que no era nada fácil pensar y mucho menos decir, me habló de un amigo suyo, poeta de antaño, mostrándome algo que parecía ser una sonrisa por entre la sabia barba que cargaba. Del bolsillo de su saco comido por el paso de las estaciones, sacó un papel amarillento y algo arrugado que extendió gentil hasta mis manos como la última hoja de marzo que cae, en donde manuscritas descansaban las letras de aquél amigo atesorado de la infancia. Luego del obsequio, nos despedimos con la promesa de volvernos a cruzar para intercambiar más letras, o quizá más promesas, o quizá… 
..con la magia del final de este nuevo viaje y con un hálito fresquito en pleno enero, me arrojo a la caminata cotidiana por el parque con inusitada alegría y color, leyendo.. 

Sintomatología: principio de Invierno. 
De Invierno con mayúsculas, 
de lo que parece ser un otoño que se fue. 
Un otoño dulce, muy dulce.

Un Otoño por cuyas venas corría el torrente
de un renacer inconmensurable. 
La mirada inocente de los niños, 
las palabras calladas de los ancianos.

Las carcajadas que echan al fuego 
ante las cervezas los amigos, 
la sonrisa cómplice de la conciencia
de los nostálgicos en el andén, 
las dagas de los amantes 
frente a dos copas en el edén.

En Compostela las gaviotas dejaron las huellas
y huyeron marcaron el éxodo
-cual paloma va en búsqueda de la libertad-
dejando la imprenta de la tristeza lejos, muy lejos.

Para ir a donde está prohibido pensar. Allí no vale todo, solo sentir. 

domingo, enero 6

estaciones

Estación San José
empuja el viento fuerte desde el túnel
fuerte hasta la llegada del carruaje
¿Qué hay de aquel entonces?
No nos llevará muy lejos
solo parecerá
y en esas apariencias estaremos
jocosos, intrépidos
 
Pocos ojos nos observan
son fugaces discreciones
si supieran de nuestro ánimo
nuestra foto en el tiempo

Buenos Aires olvidada
ciertos rincones me lo viven recordando
me paseo en callejuelas borrachas
tumbados todos, se hace verano

El descenso trae la luz
y consigo la victoria
una victoria más
una que pronto olvidaremos.
Será olvidada por no cantarla
porque no la dirán las voces
solo esos pocos ojos discretos
recordarán su cotorreo

Una victoria blanca
como la libertad que trae la luz
al final del túnel, saliendo del andén
una victoria que escondemos 

Para no ser menos
para no ser más
para no ser masomenos

jueves, enero 3

llegó para irse


Llegó uno de esos días y dejó media copa llena de vino, unas tostadas y su queso azulmedioverdoso, olvidados sobre la mesa. Ese fue el último día que lo vieron por ahí.
Aquélla era noche de primavera en pleno junio, y alardeaba con sus ínfulas de plenilunio a las tantas almas ensombrecidas por los vestigios que dejó el verano unos meses atrás en las resolanas de los bailes compartidos, compases lejanos ya. Los besos, desentendidos unos de los otros surgieron así como se sucedían los días, desentendidos también. Con gallardía se avezaron en los recovecos del cuarto. Aunque la búsqueda mostraba el anhelo de una complicidad momentánea,  lo que dijo la realidad, el resto de la noche y la mañana, no fue otra cosa más que una ilusión de sonrisas hecha carne de intercambio. Con las asperezas necesarias, con los caballos cansados, ambos apacientan su destino, poco conocido y tanto por conocer, de tantas veces que jugarán lerdos en otros campos.

miércoles, enero 2

sortijas, otra vez

es un juego que recorre, codo a codo, una suerte de ensoñación de esas algo rudimentarias. Como una somnolencia que arrastra a todos los desprevenidos que andan desperdigados por el mundo a encontrarse en la gran calesita enletrada. Sea en brioso corcel, cuatro por cuatro o en la de dos ruedas, atentos están a cuando pase la sortija pa ganar una nueva vuelta. 
¿Saben qué? Ese será el punto en el que no hubo vuelta atrás.
El recorrido, es nuevo juego cada vez..