domingo, junio 23

¡ay!

y exhaló un seco ¡ay! mientras le arrancaba el broche que llevaba en el pelo, percatándome de desengancharlo dulce y sutilmente, aunque consiguiendo un resultado tirante y desgarrador, provocando que la peluca le volara del pudor y obligando a que el desgarrador y tirante ¡ay! fuese el que dije yo..

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No te guardes tus ocurrencias!