miércoles, febrero 29

allá va el arrabal

Arrabalera te ví antes
de conocernos y ya era mucho
un poco que escribías un poco que no se que
de callecita fuiste avenida
en la cortada e'ste madrugón

Arrabalera que buen delirio
el de tus tacos sobre mis ganas
de todo tanto, de poco todo
de una puerta que se entreabrió

Arrabalera te me reías
de que chistaba santo, pasando el día
y acompañabas con unos vinos
todo el compás de este milongón

Que me decía antes de conocernos
que ¡menos mal que nos conocimos!
Que conocías en noches largas
las flaquezas de este varón

miércoles, febrero 22

pregunta a los leyentes

Lo vi al ñato sentado en la mesa de un conocido bar del centro. No fue sino hasta que se dio cuenta de su infracción que, desprejuiciadamente arrimó y acomodó con sordo golpe su silla contra el ventanal. Por una de esas casualidades de la hora, paseaba yo por la vidriera en ese mismo momento, y en cuánto lo vi, mufado por el gesto que acababa de hacer, le dije sin vueltas: tus noventa fueron mis dosmil. Me miró sorprendido, balbuceó algunos descargos sobre las redes entrampadas de esta cosa nueva de la modernidad y sin dudarlo me sonrió. "Qué manera de agregarle cal a la perla, no?" Todavía sigo pensando qué me habrá querido decir.

domingo, febrero 19

subterráneo railroad

Desde aquel beat disonante le damos palma al kerouaqueo y tratamos sin mucho éxito de no soltarle la correa. Es una fiera enfurecida, pero sigilosa. Amante apasionado del lenguaje como pocos otros aunque sin ese virtuosismo nato de mercachifle alborotado. Nada librado a la buena del azar: los dados eran redondos y todo daba lo mismo. Todo importa y nada importa ¡no se detengan! Todo esto ya ha sucedido antes millones de veces..

Nos empezamos a confundir entre personajes fantasmagóricos que muchas veces creemos ser nosotros mismos y en más de una ocasión lo somos y no hay ficha que sacar cuando no se encuentra el fichero. ¡Es que nos seduce! Sus obsesiones oblicuas, todas esas encantadoras visiones nostálgicas e íntimas, todo lo que nos acontece mientras patinamos en el filo de alguna nochecita veraniega, deliciosamente salvaje. Toda una noche de mil años suspendida en el tiempo.

lunes, febrero 13

Mitá mito, mitá también

Cuentan el mito de Teresita, quien tuvo la oportunidad de vagar por las filas de ambos bandos: aquellos que sentían el fútbol, y aquellas que sólo podían envidiarlo. En uno de sus paseos por las costas de Mauritaña se topó una tarde con dos serpientes copulando e interrumpió su plácido domingo. Ante esto la serpiente fastidiada, vale la pena aclarar que era hechicera, propaló sus peores conjuros y a Teresita en Teresito convirtió. Pobre Teresito que tuvo que vérselas con los más abruptos cambios. Sobre todo en sus gustos y placeres, que ahí es precisamente a dónde vamos. Los placeres.
En otro punto del continente el dios Zeus acusó recibo de la noticia interesándose personalmente por la historia de Teresito. Como le quedaban muy muy lejos las costas de Mauritaña, y ni loco viajaba en turista, le ordenó beneplácito a uno de los sátiros pululantes de los frondosos bosques de por ahí, que le diera una mano. Sí, le pidió a un sátiro que le diera una mano. El motivo, su eterna discusión con su flamante esposa de los sábados. Allá por Las Heras y Pueyrredón, el sátiro corrió y corrió para alcanzar al actual Teresito, y preguntarle sin más cuál era la respuesta que desenredaba el enigma y traería la paz dominical al dios.
La discusión que mantenía a la mujer de Zeus en vilo no era más que saber algún día por qué, cómo, de qué forma, disfrutaba el hombre un partido de fútbol. Gran discusión que provocaba las más desopilantes rabietas a la cónyuge divina. El tema es que al Gran Zeus ya lo tenía un poco sobrepasado, para ser suaves. Pero ella hacía sentir su presencia en las más inoportunas inoportunidades. Cada vez que viajaba a Bahía Blanca a ver a su equipo, ella le decía: "Zehe-, con una delicada aspiración de la última e, ya anticipándole al quía por dónde venía el asunto- ¿sabés que ya descubrí por qué y cómo disfrutan tanto el fútbol?" y ante las barrabasadas que abalanzaba sobre su humanidad (y sí… pese a todo era humano), Zehe se es..ejem perdón, Don Zeus escapaba huyendo mutis por el foro. Prefirió encontrar una solución al problema que lo aquejaba antes de tomar otro tipo de medidas, drásticas también. Pero no, tomó al sátiro por las astas y le dijo, Loco, por favor andá a buscarlo a Teresito a ver si aprendió algo y decile que mi jermu quiere saber...Dale antes que siga rompiendo olímpicamente las que te dije.
Era una tarde similar a la de hoy pero con el sol que destronaba muelas como nunca. Me gustan esos días porque son los únicos que merecen pasar a la historia, como así fue. Y así fue que el sátiro sin buscar demasiado encontró a Teresito disfrutando los cuartos de una liga uropea en una mesa compartida. Fue al grito de “¡Esto es fútbol búlgaro!” que lo interpeló sin más. Con la vista clavada en el videógrafo Tere respondió cada una de las preguntas del sátiro, las cuales a él particularmente, no le interesaban. La cantidad de información que le dio obligó al sátiro a invitarlo con él a donde Zeus y así, problema resuelto. Sin peripecias el viaje, pero el momento de la verdad cada vez más cerca.
Confiado estaba el dios; ansiosa su esposa; y Teresito con aire sobrador encaró la respuesta. “Señora, sin ánimos de ofender, véome en la discreta obligación de comentarle que mal que le pese, será siempre desproporcionado y hasta irracional, lo admito y no he de avergonzarme por eso, cómo sentimos el fútbol. Le recomiendo algo doña, no lo intente más, aunque siempre me resultó simpático el esfuerzo.”
No se hizo esperar la furia descontrolada de la fémina ante la impertinencia de Teresito, por lo que, en un uso iracundo de su poder, la bruja lo condenó nuevamente a ser Teresita. Según el mito, Zeus algo molesto con su mujer y apiadado por Teresita, le otorgó el poder de la adivinación para que pueda predecir los resultados de todos los partidos del mundo, salvo los mundiales, que no podía hacerlo por los contratos publicitarios y toda la bola.
Teresita fue la única mujer que pudo conocer, aunque sea por un rato, qué es lo que se siente el fútbol, de verdad…aunque, entre nosotros los griegos de eso mucho no sabían… y Teresito, Teresito fue y seguirá siendo argentino!

domingo, febrero 5

ocurrençao

Ao blog pide ocurrençao.. Pide constantemente, tudo días, ao blog esta hambriento y eu le fala em portuñol pra despistarlo un poco mais… ao blog es matreiro y nao se deja seducir. Eu deja as moneidas pra no facer ruido de bolsillo. Deja as sandalias pra nao perturbar. Eu deja el coração em un rinconcinho, pero nao deja de latir y ao blog boceja y tudo volta comenzar, como a conquista, como ao blog insistente, persistente, constantemente, pidendo ocurrenzas qui nao son romanzas, pidiendo pregunta, querendo alimento, su alimento, as letras, tudas juntas; a veces nublado, a veces como el sol: ao blog, ao blog pide ocurrençao.