viernes, julio 10

migrar

Tomar la ruta que da al este es como acercar los anhelos al Sol.
O como robar ilusiones,
desprendidas de toda maldad
arrugadas por el agua de los soñadores.
O por qué no siendo muy pequeño,
minúsculo, microscópico, nanoscópico
invisible para los fatuos,
lingüe presente.

Andando los senderos que se hunden en el mar
las tardes de abril te alzan
te llevan del fundillo de los pantalones bajo el gobierno de la inocencia
hacia un destino procaz, lleno de revuelos.
¿Y los recuerdos?

Aquéllos quedan blanqueciendo hasta la próxima quietud.

Sólo te tomó por sorpresa
donde el camino se angosta,
casi siempre a mitad del viaje.

lunes, julio 6

uñando

rascan las uñas los parches de cuero
ofrendando al sol de otro día 
los flautines y las guitayas, 
los legüeros interrumpen como copla enemistada con el viento
hacen de las suyas sin más revuelo
retorna con el aire
rompe en risas de malevo

afinando, de los piores
entonando, un bucanero
un andar que crispa los cerezos 
sus sien en afán ecuestre
gana sutil el lao del lazo 
y retruca hacia lo lejos desafíos del recuerdo

cuando el benteveo acaba su rutina
retozan los corazones alterados
se mojan los campos con su olvido
hasta la última estrella se esconde temblando
que si por ella fuera
lo enfrentaría toreando.

Así es semana tras día
los bailes reverberan en polleras
se arremolinan los pasos al crujir de las muelas 
picadas, arteras

pero alguien prendió la luz del salón
no midió consecuencias,

y se vieron las caras.