viernes, octubre 16

sábado, octubre 10

todo se parece en altamar

barquitos de papel naufragan
resignan velas
al viento quedan
como deriva de loco
perdiéndose de a poco
en la espesura de tu muy tuyo recuerdo.
Extraviado en el mar de ayeres
hace de hoy remolinos
y crece en la tormenta
mientras en el fondo, tus ojos
cansados de presagios
rosados de penas, esperan
cuando de noche, al llegar a puerto
fulguren decenas de estrellas
riéndose a través de tus labios
ya húmedos, ya apagados
a punto de dormir,
pero tan sólo dormitando
un anhelo, o dos.
Sabiéndose ojos 
no se miran
hasta que despiertan,
soñando.

miércoles, octubre 7

En la mesa de la ventana

Se me acercó. No pude hacer nada para evitarlo. Fue un momento en el que todo el bar quedó pasmado ante la inminente carga avanzando en dirección a donde estaba yo, cómodo, tranquilo, ensimismado en mi mesa; mi cucharita haciendo ruido contra el plato del pocillo, en un ritmo dislocado sin pruritos de ser sólo ruido. Me encaró. Arrastraba una larga pollera que lucía con gallardía y aplomo. Sus brazos atiborrados de sonajeras pulseras y un pañuelo en la cabeza delataban su intención. Arrimada ya al litoral que formaba mi mesa en el pasillo se apresuró a advertirme que no me iba a pedir plata, y casi sin poder objetarla, la gorda del café tomó mi taza y la leyó.