viernes, julio 10

migrar

Tomar la ruta que da al este es como acercar los anhelos al Sol.
O como robar ilusiones,
desprendidas de toda maldad
arrugadas por el agua de los soñadores.
O por qué no siendo muy pequeño,
minúsculo, microscópico, nanoscópico
invisible para los fatuos,
lingüe presente.

Andando los senderos que se hunden en el mar
las tardes de abril te alzan
te llevan del fundillo de los pantalones bajo el gobierno de la inocencia
hacia un destino procaz, lleno de revuelos.
¿Y los recuerdos?

Aquéllos quedan blanqueciendo hasta la próxima quietud.

Sólo te tomó por sorpresa
donde el camino se angosta,
casi siempre a mitad del viaje.

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