olor de azufre mentolado
¡ay como arde! ¡ay como sufre!
pinta pieles amortajadas
¡sana sana, culito e rana!
Lastimaduras, raspones y llagas bravas
el mertiolate te las cura y te las deja anaranjadas.
¡Teman el embate del combate hasta cicratizar!
antiséptico el muy noble pa que no se hable de infecciones.
¡pero qué gran hallazgo!¡qué gran audacia, gran!
desinfecta y adormese
y a los virus y bacterias,
ni las gracias les deja dar.
Un poquito e benzalconio, sal de amonio si las hay;
lidocaína otro tanto
¡qué encanto de anestésico local!
No hay consejo que por bien no venga,
siempre y cuando no lo diga su vecina
(la metida)
¡cómo arde el mertiolate!
haciendo burbujita al aplicar.
Pa cortes superficiales
cura que da calambre;
aunque pa las heridas más marcadas,
como el mertiolate no hay nada,
y sin vecinas preocupadas,
con tantos cortes, con tantas raspadas
si no sanan hoy,
¡sanarán mañana!
«tenemos un arquero que es una maravilla, ataja los penales sentado en una silla.
La silla se rompió, el arquero se cayó, le pusieron Merthiolate
¡y el arquero se curó!»
Hay que quedarse "callado" cuando se te rompe la silla y te ponen merthiolate...
ResponderEliminar(RAE)
AAAAhhhhh, así pué sí
ResponderEliminarMuchas gracias, srta. Rae por su elocuencia
ResponderEliminarBella descripcion de algo cotidiano y sanador
ResponderEliminarLa oda al merthiolate... muy original!!!
próximamente la Oración al Mucolitic y el Gloria a Pervinox!
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