lunes, febrero 13

Mitá mito, mitá también

Cuentan el mito de Teresita, quien tuvo la oportunidad de vagar por las filas de ambos bandos: aquellos que sentían el fútbol, y aquellas que sólo podían envidiarlo. En uno de sus paseos por las costas de Mauritaña se topó una tarde con dos serpientes copulando e interrumpió su plácido domingo. Ante esto la serpiente fastidiada, vale la pena aclarar que era hechicera, propaló sus peores conjuros y a Teresita en Teresito convirtió. Pobre Teresito que tuvo que vérselas con los más abruptos cambios. Sobre todo en sus gustos y placeres, que ahí es precisamente a dónde vamos. Los placeres.
En otro punto del continente el dios Zeus acusó recibo de la noticia interesándose personalmente por la historia de Teresito. Como le quedaban muy muy lejos las costas de Mauritaña, y ni loco viajaba en turista, le ordenó beneplácito a uno de los sátiros pululantes de los frondosos bosques de por ahí, que le diera una mano. Sí, le pidió a un sátiro que le diera una mano. El motivo, su eterna discusión con su flamante esposa de los sábados. Allá por Las Heras y Pueyrredón, el sátiro corrió y corrió para alcanzar al actual Teresito, y preguntarle sin más cuál era la respuesta que desenredaba el enigma y traería la paz dominical al dios.
La discusión que mantenía a la mujer de Zeus en vilo no era más que saber algún día por qué, cómo, de qué forma, disfrutaba el hombre un partido de fútbol. Gran discusión que provocaba las más desopilantes rabietas a la cónyuge divina. El tema es que al Gran Zeus ya lo tenía un poco sobrepasado, para ser suaves. Pero ella hacía sentir su presencia en las más inoportunas inoportunidades. Cada vez que viajaba a Bahía Blanca a ver a su equipo, ella le decía: "Zehe-, con una delicada aspiración de la última e, ya anticipándole al quía por dónde venía el asunto- ¿sabés que ya descubrí por qué y cómo disfrutan tanto el fútbol?" y ante las barrabasadas que abalanzaba sobre su humanidad (y sí… pese a todo era humano), Zehe se es..ejem perdón, Don Zeus escapaba huyendo mutis por el foro. Prefirió encontrar una solución al problema que lo aquejaba antes de tomar otro tipo de medidas, drásticas también. Pero no, tomó al sátiro por las astas y le dijo, Loco, por favor andá a buscarlo a Teresito a ver si aprendió algo y decile que mi jermu quiere saber...Dale antes que siga rompiendo olímpicamente las que te dije.
Era una tarde similar a la de hoy pero con el sol que destronaba muelas como nunca. Me gustan esos días porque son los únicos que merecen pasar a la historia, como así fue. Y así fue que el sátiro sin buscar demasiado encontró a Teresito disfrutando los cuartos de una liga uropea en una mesa compartida. Fue al grito de “¡Esto es fútbol búlgaro!” que lo interpeló sin más. Con la vista clavada en el videógrafo Tere respondió cada una de las preguntas del sátiro, las cuales a él particularmente, no le interesaban. La cantidad de información que le dio obligó al sátiro a invitarlo con él a donde Zeus y así, problema resuelto. Sin peripecias el viaje, pero el momento de la verdad cada vez más cerca.
Confiado estaba el dios; ansiosa su esposa; y Teresito con aire sobrador encaró la respuesta. “Señora, sin ánimos de ofender, véome en la discreta obligación de comentarle que mal que le pese, será siempre desproporcionado y hasta irracional, lo admito y no he de avergonzarme por eso, cómo sentimos el fútbol. Le recomiendo algo doña, no lo intente más, aunque siempre me resultó simpático el esfuerzo.”
No se hizo esperar la furia descontrolada de la fémina ante la impertinencia de Teresito, por lo que, en un uso iracundo de su poder, la bruja lo condenó nuevamente a ser Teresita. Según el mito, Zeus algo molesto con su mujer y apiadado por Teresita, le otorgó el poder de la adivinación para que pueda predecir los resultados de todos los partidos del mundo, salvo los mundiales, que no podía hacerlo por los contratos publicitarios y toda la bola.
Teresita fue la única mujer que pudo conocer, aunque sea por un rato, qué es lo que se siente el fútbol, de verdad…aunque, entre nosotros los griegos de eso mucho no sabían… y Teresito, Teresito fue y seguirá siendo argentino!

1 comentario:

  1. Pá! mirá que me voy con el tío a tomar un jugo! vuelvo tarde...a pegaso vaaaamoo p'al monte

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