sábado, enero 21

al más loco de los siete

Primer movimiento

- ¿Por qué están todos callados, che?
- No sé, ¿sabés? Te juro y perjuro que los invité a todos y…
- Si lo sé, palabra de hermano, aparte, con la vista acompañando, están todos ahí
- Ni culo e botella necesito, y también cruzan sus brazos.
- ¿Estarán enojados?
- … No creo, están como expectantes…
- Observadores…
- Sagaces…
- Quizás.

Segundos afuera

El silencio entonces pregonaba el momento, como aquellos fuegos del la montaña ardiendo bajito, candentes, mientras crujen los últimos leños. El pánico escénico se había apoderado de ellos. La lengua y los ratones, dirían los abuelos. Pero seguían sin decir nada.

- ¿Escuchaste? Ahí ese varón.
- ¿Dónde?
- Al fondo a la izquierda, el de los tatuajes y gorrita a lo explorador.
- Parece un buen pibe.
- ¿Y que con todo eso del pánico escénico?
- Y… son los espejos de ahora…imágenes distorsionadas, invisibles.
- ¿Abochonchadas?
- Quizás…

Tercer silencio

Puede que la tercera sea la vencida aunque hay tanto de ese silencio madrugador que se te adormecen las muelas de tanto rascarlas. Rasgos comunes de la muchachada y del hoy, entre tanto código de berretín.

A lo lejos se escucharon unas trompetas cantando, un bailongo estimulado. Se soñó profundo, se soñó; que todos acudían siguiendo los vientos y en eso dejaron de callar y cantaron. Haberlos visto hubieran tenido que para parafrasear tanta felicidad junta;

- La alegría es lo esencial.. y también querer a alguien.

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