miércoles, mayo 2

mito y pulmón

Hace ya un tiempo que su tiempo llegó para arrastrarlo de aquella modorra: bastó con que llenara su bolsillo de tabaco y se fuera de juerga. No volvió más. Dieron cobija aquellos barrios bajos del sur; renegados tablados de poca filosofía y tragos fuertes que lo cultivaron con sus pocas mañas y un código de respeto que usualmente solía romperse pasaditas las tres.

Caminó lento como los gases petrificantes de las fábricas humeando en chimeneas galvanizadas. Lentos fueron sus pasos no así su interior quien revolucionó descolocando el tablero. Sus días entraron en la pesadumbre de querer perecer en la agonía de una no redención a los hombres aggiornados del hoy. Contra viento y marea.

Continuó su historia en los márgenes; esos sucios y tachados márgenes del olvido: dónde no racionan la esperanza ni apuran un desconcertante y tragicómico final. Con la gloria del último bocado, un mágico suceso borraría de sus mentes rastros de toda conciencia y ¡ahí te quiero ver! Jamás podré olvidar esa mueca de risa cuando narraba entre copas su síntesis.. alargada y discontinua, profunda como la soledad.

Los mitos como pulmón de la historia. Los árboles como pulmones de las plazas. Él vendió un pulmón al diablo el día que una tos convulsa y repetitiva le llegó para quedarse. Casi nadie le ha visto pasar y sin embargo el ha visto pasar a muchos; guardando una elegancia febril y alocada. Rastrera, como el destino que cargó su bolsillo de tabaco y lo mandó de juerga un día. Para que hoy se pueda contar que hace tiempo que su tiempo llegó. Y llegó en serio.

3 comentarios:

  1. dejé pasar,solo apenas(o a duras penas?)las tres, pero mi respeto por suerte me acompaña.
    Mi bolsillo no lleva tabaco,y aún espero por ese suceso mágico,donde quiera que esté,a donde sea que me lleve.Brindo por el viento

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    1. Es por entre esos vientos que llegamos hasta acá, aquéllos que unen coplas y caminantes en su constante ir; parriba pabajo, de frente y para cualquier otro lado más. Brindo con vos amigo Anónimo por ese viento que nos junta hoy. Salú!

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  2. y qué más cierto, el viento arrastra y acompaña, acaricia, abofetea y tumba bonetes..pero sobre todo une(como se unen dos copas al compás del chin-chin). Doblo..no la apuesta ni la esquina, más sí el brindis! a su salú!

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