No se si fue la humedad
o qué,
pero yo sabía que algo de aquéllo iba a ocurrir.
Hoy sentí todo el día que las baldosas no estaban donde siempre,
y las macetas reían.
Pudo haber incidido el sueño que me alborotó el alba,
o el desayuno que no continuó, o la radio,
o...
El tema es que dudé,
de qué,
no se,
por las dudas, dudé.
Todo esto, que es todo, es una diáfana señal que aun podemos enmarañar pensamientos, locuras, fantasías, arte y poesía… siempre habrá algún lector embriagado en su moría, en algún rincón del mundo que celebre nuestro juego de palabras. Venero a los valientes necios e insensatos que sin cuestionarse expresan su decir sin esperar nada a cambio pero con el deseo de ser leídos, pues bien, aquí se les ha cumplido, al menos dos pupilas pasaron revista de sus escritos en este blog y se disfruto la lectura ,sigan no mas que el camino recién empieza...
ResponderEliminarja! siempre sospeché que las baldosas se mueven cuando nadie las mira. ante la duda, dude!
ResponderEliminarjeje y ni te cuento lo que hacen los adoquines!
ResponderEliminarDiáfana señal para enmarañar pensamientos, locuras, fantasías, arte y poesía. ¿Poesía? ¡Puesía señores, puesía! Seguiremos en este camino de baldosas escurridizas y adoquines parlanchines, para encontraremos todos en algún recoveco del mismo, levantar la copa por la dudosa incertidumbre y seguir haciendo puesía. ¡Puesía puesía! ¡Cuánta puesía!
ResponderEliminar"Por las dudas dudé"
ResponderEliminarAmén
(Julieta)