Guardó en aquel boleto desdibujado el último recuerdo de la última jugada, algo rancio, con aroma a viejo. Es por elegir lo mismo que el boleto sigue siendo sólo boleto desde hace muchos años.
Hoy ya no.
El boleto señalaba una hoja que lo acompañaba a medida que se iba metiendo más y más en la historia.
Hay lo que pasa a otra cosa.
Hoy el boleto no marca más, porque hoy,
terminé de leer la novela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No te guardes tus ocurrencias!