al tercado
Eso fue un no rotundo, severo, tajante aunque llamativo en el brillo de su decisión. Mientras tanto lo mantuvimos en reserva, a él, que si sabía de lo otro íbamos a estar en un más que seguro problemón.
¿Cómo puede ser que hoy en día siga igual? Nos preguntamos una y otra vez ante semejante firmeza.
Pero che, no seas necio, querés!
y seguía terco como mula terca, como tornillo sin control ni tornillero..
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