miércoles, septiembre 19

"sobe al ataque"

Lo vimos en el hall de aquel edificio renovado recientemente, lleno de ímpetu, como buscando algo. En su distracción le fue imposible darse cuenta de todo, hasta que todo hubo terminado. Dicen que no estaba esperando a nadie, sólo algún chiste noctámbulo y desalmado de esos que tocan el hombro contrario desde atrás, dejándote perdido sin saber quién llamó. Y así fue que de repente dio la vuelta entusiasmado, deseando sagaz que la mano llamando fuera esa que él no esperaba. Y no lo era. Como un trompo con todos sus colores giró hasta que en sus labios un beso lo frenó. No era nadie. El beso solo por ahí andaba aguardando su llegada y cuando lo vio, riendo y socarrón, lo encaró y el sobe al ataque pasó. 

Cuando se anotició de esto, 
ahí ya no había nadie.

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