miércoles, septiembre 12

un mundo de sensaciones

Tengo una amiga que es una puta, y no se regala. Tengo una amiga que mide un tanto más que yo, y se ganó esos centímetros como funambulista; malandreando hacia todas las direcciones posibles. La encontramos sola, vagando en esos reductos callejones de la San Francisco. La encontramos aquel día, que fué un día cualquiera, como así se la deben haber encontrado muchas otras gentes a lo largo de unos doce años de patas cansadas y boletos de colectivos. Dice ser de Comodoro aunque ya no tenga hogar. Fué con un amigo, y pateamos la noche los tres como pocas veces. Cantamos con tonada argenta mientras bebíamos y brindabamos constantemente en una de las tantas cantinas alegres. Luego se mareó y la alcanzamos donde su bulo. No lo conocimos. Tengo una amiga que auspicia de lo que sea necesario para el mango, el brindis y la sonrisa. Ayer nos tomamos un vino sobre los adoquines. La ciudad estaba hermosa. Nos confesamos los destinos y me contó de sus años anárquicos en un edificio abandonado en los suburbios de Nueva York. Charlamos de Kerouak, me dijo haberlo conocido a través del libro de una mujer, no recuerdo su nombre. Había escrito algo así como "una puerta completamente abierta". Me dijo: - Fué una novia o amante de él; lo conoció porque el flaco no tenía donde caer parado y ella lo invitó a pasar. Sublime, ¿cuándo no? Tengo una amiga de mil nombres y mil historias y unos cuantos sueños por cumplir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No te guardes tus ocurrencias!