martes, marzo 20

una ventana, por favor

Señor que vende ventanas a domicilio, lo llamo desde un teléfono público para solicitarle que me venda una ventana. Seguramente le resulte algo extraño mi ímpetu de urgencia...sí sí, preci....sísí, pero escuchemé, ahora me cuenta. Mirando hacia el oeste, en la pared de la habitación que construí recientemente me topé de repente con el concreto de una pared que me dificultaba ver a través. Y sí, ver a través de la pared es tan difícil como ver que ahí hay una pared. Resulta que cuando construí lap....sísí, ahora me dice, pero escuche..cuando construí la pared no pensaba sólo en pintarla con crayones o marcador; ni siquiera con latex, y mucho menos para exterior. Lo que pensaba era siempre en una ventana, y una puerta quizá, pero siempre pensé primero en la ventana. Que para qué la iba a necesitar, pues para ver a través, aunque siempre miré convencido que de la pared también se veía hacia allá. Pero vio, llega siempre un instante en que el concreto se hace duro, y el gris de la pared lo obliga a uno a acurrucarse y espiar, con la oreja o con los pies para ver si aunque sea algo hay para ver a través. Y no..sabe qué..¿me está escuchando? Le quiero comprar una ventana y no me escucha? Ah ok ok, perdón, le decía que no, que uno se imagina muchas cosas del otro lado. Por suerte estamos en planta baja vio, y solamente atrás hay jardín, por ahora, y precisamente para eso lo llamo, me entiende? Quiero poner una ventana, grande, de esas que se abren de par en par y queda uno en el medio y que no importa si llueve o hay sol de primavera. Entiendo...es difícil poner la ventana? Oigamé, mi pedido es ese, lo puede hacer? Pero claro hombre que le doy una mano. Sí, a la tarde lo llamo y arrancamos.
¡Gracias!
'ta lueguito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No te guardes tus ocurrencias!