jueves, julio 12

Dónde?!


- Qué hacé Natalio! Qué te pasa con esa cara de velorio en enero?
- No sabés, estoy amargadísimo, empezando a sentir la espesura, dulce y fatal del veneno, la tristeza, las inocuas verticurrencias de la sempiterna magistralidad de u…
- Pero pará! Qué pasó?
- No! Prefiero evitarte el infortunio de conocer la pesadez de este alma en pena eterna.
- Afloja con los salmos, qué te comiste?
- Son alegorías Silvio, alegorías.
- Dejáte de embromar che y contá qué te pasó…
- Nada, que perdí el zoraplétulo.
- ¡¡No!! Cómo que perdiste el zoraplétulo?!
- Y…lo perdí…lo perdí.
- No te la puedo creer…dónde lo perdiste?
- Sos pelotudo Silvio? No se a dónde lo perdí. ¿ vos sabés dónde lo perdí? No. No está. Se fue. De-sa-pa-re-ció. Notamá. Cayó en la redención eterna de la alquimia profetizada, de las peores plagas. De los designios más crueles. Ahí, donde ni el cosmos llega a procurarse un rincón para ir a celebrar su eternidad de cosmos indolente y la arritmia de saberse ahora en empezar otra vez, como sea, sin pausa, sin resplandores de una vida hecha a base de todo eso que está siempre en la base… y ya no queda más..sin saber ya cómo seguir..
- Si…te entiendo Natalio…pero decime una cosa. ¿Qué cuernos es el zorapleto ese?

3 comentarios:

  1. yo tmb lo perdi jajaja. sigan asi muchachos esta muy bueno lo que hacen.
    FRANCO.

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  2. Franquito, en el dicionario de la ilegal flaca anemia chisporrotera, chisporrotear es arrancar esas locas sonrisas, casi casi como recordar
    jugando.

    Abrazo!

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