domingo, septiembre 30

saber, quiero saber!

Yo te pregunto sobre eso que quiero saber; vos me respondés con otra cosa, con que en un próximo encuentro lo sabré.

Con tu respuesta yo ostento que ahora de eso sé, pero volvés a responder
siempre con otra cosa.

Yo te pregunto, esta vez sí, para cerciorarme que una y otra respuestas anteriores sean las que colmen la pregunta sobre la que quiero saber, y en de repente llega una otra respuesta a una pregunta con la que te increpé. 
Qué es lo que sé que hace ahora que yo no me pregunte por eso que escuché sino hasta después de haber sido respondido con otra pregunta. 
Entonces, ahí sí, ajá! pregunté, 
¿Cómo puede ser que siempre la respuesta no es? yo quiero saber. La pregunta, tras la ilusión de saber qué es, ilusiona aún más la respuesta de saber qué no es. ¿Es y no es? Es el y. Entre uno y el otro, en el encuentro, es el y.

2 comentarios:

No te guardes tus ocurrencias!